Opinión

Café Político®

Un Voto.
Por Octavio Vargas.

Octavio VargasEn las casillas en que realicé algún recorrido, además de aquella en que me correspondió ejercer mi derecho, me percaté de ciertas congregaciones de individuos que más que ciudadanos libres me parecieron tiburones rondando su presa listos para engullirla: acarreo, movilización y verificación del voto, listas con nombres, despensas, dinero y más dinero.
Irreflexionando desde el café, se aprecia el secreto a voces de que la política electoral/partidista y el voto duro o libre están en manos de mercenarios explotados, reclutados entre las personas que luchan apenas por un salario o un empleo a cambio del salario muy elevado de aquellos a quienes sirve: políticos que no pueden hacer otra cosa distinta ni distante del modelo existente.

Simple Plutocracia ordinaria en tracto sucesivo hacia el poder, en cuyos mandatarios, además de la creciente desaprobación a su gestión pesa la sombra de los deficientes resultados económicos y la descomposición social, desastres ecológicos, la contingencia ambiental y violencia, fracaso de las reformas, simulada fiscalización, desigual reparto de la justicia entre ciudadanos y ex gobernadores.
El Modelo de partidos -fortalecidos por las reglas electorales- es un rasgo sistémico que destruye y depreda la libertad y la democracia misma.

Es la alternancia que impera desde la existencia de dos reformas fundamentales en el sistema electoral mexicano, la de 1977 y de 1997, la que hace de estas votaciones 2016 un panorama palpable para el 2018.
Algunos estados conocerán la alternancia, otros seguirán en manos del mismo partido que los detentaba.

El disminuido PRI perdió estados emblemáticos de su poder hegemónico, el PAN por primera vez en su historia estará al frente de más de 5 estados, el emergente MORENA, de López Obrador, se acerca indudablemente a consolidarse como 3ª fuerza política nacional.

Y los independientes cada vez están más lejos de recibir el impulso necesario institucional y ciudadano; la poderosa herramienta de los institutos políticos sigue siendo la movilización del voto, la guerra de lodo, los millonarios recursos recibidos, el uso de las encuestas como elementos de publicidad y marketing, así como la poca oferta ideológica para la construcción de un rumbo de gobernabilidad acorde a la realidad nacional.
Si bien es cierto que ninguna elección es igual a otra y que la presidencial contiene elementos personales que la hacen diferente a alguna local, la de 2018 requiere más que el hastío social y el rechazo a los partidos y el descrédito a las instituciones del estado para echar al PRI de Los Pinos, requiere mecanismos de verdadero debate político y de una cultura política diferente, basada en la ética y el trabajo, en la responsabilidad solidaria y en el respeto al conciudadano.

@vargasargota
Abogado y Analista Político

Redacción

Agregar comentario

Haga clic aquí para publicar un comentario

Lo que no dicen, pero se percibe de los candidatos