La Política de Nuestros Días.
Por Octavio Vargas.
Las versiones no coinciden, la información llega por diversos medios y los actores de primer papel a diferencia de los de reparto, no cambian. Quienes sí cambian somos los inconformes según nuestro grado de afectación o de confort.
Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo, Tabasco, Campeche, Ciudad de México, Nuevo León, Chiapas, por solo citar algunos estados de la república, han registrado manifestaciones muy concurridas en las que los grandes ausentes son el gobierno y la gobernabilidad -no por las manifestaciones en sí, sino por las causas que dan origen a las mismas- cuya política desoye las demandas de los ciudadanos y de los gremios pero que es capaz de dialogar, razonar y tomar acuerdos con la clase empresarial; es decir, quien abona a la ingobernabilidad es el propio gobierno en su sordo ejercicio de autoridad.
El nivel de la política de nuestros días es tal que de un foro a otro existen variaciones en el discurso y en la toma de decisiones, de manera que a unos cuantos -cediendo- se les hace saber que modificar la ley es posible y a otros tantos -reprimiemdo- les comunica que la ley no es negociable. Concretamente, la Ley 3 de 3 será revisada y modificada, y la llamada Reforma Educativa se mantiene contra viento y marea, a sangre y fuego.
Tampoco coinciden las versiones de impartición de justicia de este gobierno. Mientras que encarcela a disidentes y luchadores sociales, cobija a gobernadores y funcionarios de alto nivel claramente corruptos capaces de endeudar hasta la saciedad a sus estados y de multiplicar los haberes de sus parientes y empresas, como tampoco coinciden los mensajes solidarios hacia el exterior en tratándose de la barbarie de la intolerancia y el fanatismo con respecto del olvido e indiferencia hacia las víctimas mortales justamente aquí en territorio nacional, incluidas las desapariciones forzadas y las ejecuciones de periodistas, a manos del estado.
En medio de las crisis anidadas por las políticas públicas en materia de salud y educativa, el gobierno, sin mayor sustento técnico más que palabrería, anuncia recortes al gasto en dichos Ramos administrativos. Increíble.
Insisto: la política de nuestros días enfrenta el conflicto de no saber hacer las cosas. El conflicto de la política de nuestros días es la gobernabilidad.
@vargasargota
Abogado y Analista Político
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